Nuestro pequeño Minián, el pasado sábado por la noche después de que terminó Shabat, tuvo un hito increíble: hicimos una sesión de estudio para padres e hijos, a la que vinieron 30 personas, y la pasaron increíble.
Seguramente vos, que estás leyendo esto, probablemente estés pensando: “¿30 personas? ¡Eso no es nada!”. Pero para nuestro pequeñísimo Minián, esto es un hito. Nunca habíamos hecho algo así antes, y francamente esperábamos que vinieran unas 10 personas como máximo.
¡El pequeño salón “Doradito”, donde hicimos la actividad, estaba a punto de explotar, con el lugar justo para todos los que éramos! Fue maravilloso.
¿Y cómo fue la sesión de estudio?
Bueno, hubo dos partes. Primero, cada mesa recibió un papelito con información impresa sobre los Diez Mandamientos, y teníamos que debatirlo y analizarlo en grupo. Un ejemplo: “No matarás” — bueno, ¿cuál es la diferencia entre “matar” y “asesinar”? Muchos grupos tuvieron conversaciones muy profundas sobre estos temas.
Pero después vino la parte divertida. Menos Torá y más diversión padre-hijo. El salón se dividió en dos grupos: los papás por un lado, y los hijos por el otro. Y cada uno tenía que responder una lista de preguntas sobre el otro ( como “¿Cuál es su helado favorito?” o “¿Qué es lo que menos soporta que le hagan?”), y anotar la respuesta correcta. (Yo, por ejemplo, no puedo resistirme al helado de menta — ¿es esa la respuesta más “yanqui” que se pueda imaginar?)
Bueno, felicitaciones a todos por este hito.
