La Fiesta de las Luces

Los Iehudim tienen una relación muy interesante con HaShem: cuando alguien se levanta contra los IehudimHaShem se levanta para defendernos; cuando alguien se levanta contra HaShem, nosotros nos levantamos para “defenderlo”.

Casi todas las fiestas judías conmemoran la primera parte de la relación: la intervención de HaShem.

Por ejemplo:

  • En PesajHaShem nos salva de los egipcios.
  • En ShavuotHaShem nos entrega la Torá.
  • En PurimHaShem “mueve los palitos” para cambiar el destino de Hamán, quien buscaba destruirnos.

Y esto siguió así hasta JanucáJanucá es la única fiesta en la que nosotros tuvimos la oportunidad de “defender” a HaShem. Los griegos no querían nuestros cuerpos, ni tampoco tenían nada en contra de nuestra cultura, sino que lo que no podían tolerar era nuestra conexión con HaShem.

De acuerdo a la ley judía, cuando un enemigo poderoso busca dominarnos por cuestiones políticas o económicas, tenemos la obligación de subyugarnos a su dominio para conservar nuestras vidas, pues HaShem nos demanda que vivamos por el judaísmo (el concepto de no ceder y morir en batalla por honor es un concepto greco-romano; los judíos elegimos la vida.) Siempre y cuando no se encuentre bajo amenaza nuestra conexión con HaShem. Ahí sí, vivimos y morimos por el judaísmo, porque, sin nuestra conexión con HaShem, ¿qué es la vida?

(Cuando los romanos invadieron Jerusalén, los Rabinos se enfrentaron a dicha revuelta, porque los romanos sólo buscaban cobrar impuestos y obtener soberanía, y no podían permitirlo. A pesar de todos sus esfuerzos, no pudieron evitar que un grupo de rebeldes liderara un motín que terminó causando la destrucción del 2do. Beit Hamikdash.)

Cuando los macabeos se rebelaron contra los griegos, no lo hicieron por honor ni por supervivencia (muchos judíos fueron helenizados y, por lo tanto, no sufrieron la persecución), ¡sino que lo hicieron por HaShem!

Finalmente, cuando los macabeos dieron todo de sí mismos para defender a HaShem, sucedió lo menos pensado: ¡los pocos y débiles macabeos que quedaban, lograron vencer a los numerosos y fuertes griegos contra los que luchaban!

Una vez recuperado el Beit Hamikdash, lo único que encontraron en su interior fue una vasija con la cantidad de aceite PURO suficiente para encender la Menorá por nada más que un día, pero, milagrosamente, ¡la Menorá permaneció encendida durante ocho días seguidos!

 

El viernes pasado celebramos una “Mega Janucá Party” en Hebraica… ¡y fue un éxito total, B”h!

 

Un montón de chicos se acercaron para celebrar con nosotros: jugaron en los inflables, asistieron al show de Janucá, se divirtieron mucho, y hasta participaron del “Gran Encendido de la Janukiá”, recordándonos a todos la importancia de nuestra llama eterna.

Sobre el Autor:

Moishe Brand se crió en São Paulo, donde su padre dirige una Casa Jabad. Es el Rabino del Minián Hebraica (Autogestionado) en la Sociedad Hebraica Argentina, y su esposa Michal es la Rebetzin. Es famoso en Hebraica por su empatía, su buen corazón, su profundo conocimiento, su pasión por enseñar la Jasidut y sus habilidades mágicas con la guitarra.