Misión Cumplida: ¡Hebraica tiene su propio Eruv!
Llegó la hora de gritarlo a los cuatro vientos, de hacer un desfile triunfal con lluvia de papel picado y fuegos artificiales: después de muchas tentativas, ensayos y tribulaciones durante años, después de miles de intentos fallidos durante décadas, y una serie (aparentemente) interminable de pruebas, hemos logrado un sueño que alguna vez pareció inalcanzable: Hebraica oficialmente tiene su propio Eruv, completamente funcional y muy kosher. ¡Guau! ¡“Celebremos los buenos momentos”, como dice la canción!
¡Ahora retrocedamos en el tiempo y ahondemos en los detalles!
Un Eruv es una necesidad básica que toda comunidad judía que se considere seria debe tener sí o sí. ¿Por qué? Porque sin un Eruv los Shabatot y las Jaguim (“festividades”) se vuelven muy complicados para los judíos religiosos. ¿Por qué? Porque existen ciertas reglas respecto a las cosas que se pueden hacer dentro de la casa que no se pueden hacer fuera de ella, como, por ejemplo, alzar a tu bebé, cosa que, en la práctica, hace que salir de tu casa durante un Shabat o alguna de las Jaguim resulte bastante dificultoso. Especialmente si sos la madre de un bebé recién nacido. Esta es la razón por la que Hadassah, la beba de nuestro maravilloso Rabino Moishe Brand, no ha podido asistir nunca a las reuniones del Minián, a pesar de ser guiadas por su propio padre.
Muchos años atrás, varios grupos de Hebraica habían intentado construir un Eruv. En principio, no parece ser algo tan complicado. Es simplemente una pared simbólica que rodea toda la propiedad, y Hebraica cuenta con vallas alrededor de todo su perímetro. Por lo que ya tendríamos el 99% del trabajo hecho, ¿no cierto? ¡Pan comido! El problema vendría a ser ese 1% restante. ¿Qué pasa con las áreas por las que entran y salen nuestros hermosos arroyos en Hebraica? ¿Y con las entradas para los vehículos? ¿O con “La Isla”? ¿O con toda el area que es parte del “Plan Maestro”?
Ese 1% restante fue lo que mató al proyecto del Eruv durante muchos, muchos años. (Así como también otros problemas, como, por ejemplo, el hecho de que las personas son diferentes, y por lo tanto tienen diferentes estilos de trabajo, ¡pero esa es una historia para otro día, para compartir todos juntos con un buen vino kosher!)
Pero en los últimos 9 meses, se dieron varios factores indispensables para que al fin pudiera llevarse a cabo el proyecto. El maravilloso Rabino Moishe Brand apareció en escena y unió sus fuerzas con el Presidente de nuestro Minián, que no es lo suficientemente humilde, pero es un maestro en el arte de la insistencia, así como también un productor y Macher (“hombre de acción”) sin igual a la hora de hacer que las cosas sucedan. Y todo lo pagó el Minian.
El resultado de esto fue que nos asesoramos y trabajamos a la par con tres Rabinos especialistas en Eruv (en un principio con Feigelstock y Mizrahi en Argentina, y, luego también con el asombroso Peretsky de los EE. UU., quien anteriormente había supervisado otros Eruv en ciudades como Dallas, Houston y Atlanta, por nombrar algunos ejemplos). Y estamos inmensamente agradecidos con cada uno de llos por todo su apoyo y orientación. Estamos agradecidos por nuestros donantes que también pagaron el costo.
Todo esto nos trajo hasta este último viernes 15 de diciembre de 2023 (3 Tevet, 5784). El día anterior, el 14 de diciembre (2 Tevet, 5784), obtuvimos la aprobación final del experto: el Eruv era oficialmente kosher. Luego, justo antes del Shabat del día 15 (3 Tevet, 5784), minutos antes de la puesta del sol, se completó el papeleo y ¡bum! Teníamos nuestro tan anhelado Eruv.
Esto dio lugar a un hermoso Shabat el pasado sábado 16 de diciembre (4 Tevet, 5784). La esposa de Moishe al fin pudo asistir a una reunión del Minián con su hija de 1 año, Hadassah, quien aún no había tenido la oportunidad de ver a su padre oficiar de Rabino cada sábado por la mañana. Por la misma razón, otro de los socios jasídicos de Hebraica, A. Masri, asistió al Minián junto a su esposa y sus hijos por primera vez, así como también lo hizo un amigo de ellos sin nombre, anónimo (y francamente bastante misterioso) con su propia familia. Fue el primer Shabat con Eruv y tres mujeres con sus hijos pequeños pudieron asistir al Minián por primera vez. Qué excelente manera de estrenar nuestro Eruv.
En conclusión: ¿estás buscando un lugar para pasar Shabat que tenga un Eruv? ¡Tanto Hebraica, como nuestro peculiar e idiosincrático Minián, son el lugar perfecto para vos!