Otro Hito: Nuestro Primer Simjat Bat

Aquí, en el Minián Hebraica, estamos viviendo un hito tras otro. Y el fin de semana pasado no fue la excepción: celebramos nuestro primer Simjat Bat.

En caso de que no sepas qué es un Simjat Bat -su humilde servidor puede que lo haya sabido, o no, antes de esto (no, el narrador de hoy no es el Rabino de nuestro Minián)-,  seguí leyendo para descubrirlo. El Simjat Bat consiste en la ceremonia de nombramiento de una niña recién nacida. Durante la misma, el padre es llamado a la Torá para una Aliá y se recita una oración especial adicional que incluye el nombramiento de la hija, en hebreo. Dura unos 30 segundos y listo: tu hija ya tiene su propio nombre hebreo. Después de todo, las hijas no pueden tener un Brit Milá, por lo que esta sería la tradición equivalente. (Para darle un poco más de matiz a esta historia, la tradición Jasídica establece que esto debe hacerse en la primera lectura de la Torá después del nacimiento de la niña, como bien aprendí del Rabino Brand).

Ahora que ya están al tanto del contexto, vamos a lo importante. Algo realmente especial sucedió el sábado pasado. Había un miembro de nuestro pequeño Minián -que permanecerá anónimo, por razones de privacidad- cuya esposa, 7 días antes, había dado a luz a una hija. Se presentó en nuestro Minián en silencio, como lo hace casi todos los Shabat, sin esperar nada más que un Shajarit como cualquier otro.

Hasta que… la Lectura de la Torá llegó. Y la primera Aliá… fue increíble. La segunda Aliá… fue increíble también. ¿Y qué pasó en la tercera Aliá? Nuestro maravilloso Rabino, Moishe Brand, se acerca a este miembro del Minián que acaba de tener un bebé y simplemente le dice: “¿Querés asignarle un nombre hebreo a tu beba ahora mismo?”

¡Guau! Eso fue inesperado. Pero así son las cosas en el judaísmo, y, aún más, en el Jabad: cuando llega el momento, lo hacés – incluso si sentís que no estás lo suficientemente preparado para ello. ¿Los Jabad organizando algo a último minuto? ¡Qué sorpresa!

Retomando el relato, al advertir semejante pregunta, el humilde miembro del Minián respondió: “¡Dame 10 segundos para decidir si usaremos el nombre que yo quería o el que quería mi esposa!” Y, durante esos diez segundos, todos estaban expectantes mientras el miembro del Minián pasaba al frente de la sala para llevar a cabo el protocolo: una Aliá normal, con la bendición de Simjat Bat recitada al final, incluido el nombramiento de la hija.

Si bien el nombre de la hija no será revelado por razones de privacidad, compartiremos con ustedes la parte más especial: recibió el nombre de un pariente del Rebe. ¡Otra sorpresa! ¡Casi tan impactante como conocer a un Jabadnik que se llame “Menájem Mendel”! ¡Casi tan impactante como los Jabad organizando algo a último minuto!

¿Y qué pasó después de la bendición? Fue en ese momento cuando Shajarit se tornó divertido: el Minián irrumpió en un “Siman Tov U’Mazal Tov” al unísono, incluyendo al propio Rabino, que cargó al flamante padre sobre sus hombros, mientras todos bailaban a lo largo y ancho del salón “Doradito”.

Uf, fue todo un espectáculo digno de ver – por no decir que fue otro “primer” hito para nuestro pequeño Minián. Cómo nos hubiera gustado que se nos permitiera usar la tecnología para retratar ese momento, pero, por desgracia, como ya deben saber, no está permitida la electricidad en Shabat, así que tendremos que hacerlo a la vieja usanza: recrear la escena usando nuestra imaginación.

Este momento fue tan solo un breve destello, menos de cinco minutos de principio a fin. Pero ¿acaso no es la vida misma solo un breve destello? Vale la pena registrarlo y anotarlo, porque la vida es una colección de pequeños momentos (de cada uno de nuestros pequeños momentos), y los momentos más diminutos son tan importantes como los momentos gigantes. Así que estos sorprendentes cinco minutos funcionan, también, como una pequeña metáfora sobre la vida misma, y es por eso que ameritan ser celebrados, disfrutados y registrados aquí para la posteridad.