Shavuot 5783

Este año, gracias a la divina providencia, la mayoría de las festividades judías caen durante los fines de semana o en feriados, permitiéndonos, así, conmemorarlas en la comodidad de nuestro hermoso Club Hebraica.

Ese fue el caso de Pésaj y ahora también de Shavuot (y lo mismo sucederá para las grandes fiestas: Rosh Hashaná, Sucót y Simját Torá.)

Nos reunimos el pasado Jueves 25 de Mayo por la noche en el restaurante de la Sede de Hebraica de Pilar para disfrutar de una increíble cena de Iom Tov.

Éramos 45 personas. Cantamos, compartimos anécdotas, historias, palabras de la Torá (los chicos no pararon de jugar y correr por todos lados), y cerramos la noche con un interesantísimo juego que bautizamos como “Preguntas a Quemarropa” con el Rabino Moishe, acompañado de la ilustre presencia de mi suegro, el Dr. Marcelo Preter.

Tuvimos preguntas como:

“¿Rabino, alguna vez dudaste de la existencia de D-s?” o “¿Los religiosos no exageran al dificultar las conversiones? ¿Por qué lo hacen?”

Planteos que desencadenaron conversaciones muy profundas e interesantes.

A pesar de que durante la madrugada se desató una tormenta que inundó todo el Club, a la mañana siguiente nos juntamos para cumplir con la tradición milenaria de leer los diez mandamientos.

El Midrash enuncia: “HaShem dice a los hijos de Israel: ‘Junténse una vez al año para escuchar los diez mandamientos y Yo voy a considerarlos como si estuvieran al pie del monte Sinaí recibiendo la Torá (nuevamente)’ “.

Hombres y mujeres, jóvenes y adultos, todos vinieron para escuchar los Aseret HaDibrot, así como hicimos 3335 años atrás, al pie del monte Sinaí.

Claro que después de hacer la Tefilá, hicimos un Kidush lácteo riquísimo (mi preferido del año) con Cheese-Cake calentito, helado de dulce de leche y mucho más.

Es muy importante recordar que recibir la Torá significa empezar a disfrutar de ella, así que la mejor forma de concluir el Shavuot es tomando buenas resoluciones en relación al estudio de la Torá para traer su luz a nuestras vidas.