¡Ahora tenemos un Aron Hakodesh!
- Por Morgan F
- 15 de septiembre de 2023 @ 13:06
- Artículos, Agradecimientos
Señoras y señores, llegó el momento de la confesión: lo que veníamos haciendo con nuestra Torá hasta este momento no era para nada ideal.
El desafío al que nos veníamos enfrentando era que en el salón que usamos en la sede de Pilar de Hebraica, el infame “Doradito”, no teníamos dónde guardar la Torá durante el servicio. En el frente del “Doradito” hay un piano de pared, y veníamos dejando la Torá (envuelta en un Tallis) encima de él durante la primera parte del servicio, y luego la poníamos sobre una mesa cuando llegaba la parte de la Torá del servicio. El “Doradito” no es nuestro propio salón, sino que es un espacio compartido, y nuestro control sobre él es limitado. Por esa razón nos manejábamos así desde el primer día que nos reunimos allí, hace 9 meses, y luego continuamos haciéndolo porque nunca priorizamos resolverlo. ¡Hasta ahora!
Recientemente, uno de nuestros humildes donantes de nuestro pequeño Minián, me hizo la observación de que dejando la Torá apoyada sobre el piano, no la estábamos tratando con el respeto que merecía. Sus palabras tocaron una fibra sensible en mí: era evidentemente una observación correcta y sabia. Y, habiendo transcurrido seis meses desde aquel momento, ya deberíamos haber podido resolver ese problema. Así que me propuse resolverlo y conseguir un arca, y, este mismo donante, amable y generosamente, se ofreció a pagar el costo de la misma.
¿Cómo continuó la historia? Bueno, es largo de explicar, hubo muchos altibajos a lo largo de aproximadamente 2 meses, y los detalles simplemente no son lo suficientemente importantes como para enumerarlos aquí. (Describamos cómo el corazón de esta manzana se volvió marrón… la manzana quedó a medio comer sobre el escritorio durante horas, y la parte blanca que está justo al lado de la marca de la mordida inferior se volvió ligeramente marrón, luego, unos minutos más tarde… ¡Ay, qué emocionante!)
Todo esto resultó en que compramos un armario usado en una tienda hipster de San Telmo, construido a principios del siglo XX y utilizado durante décadas por el célebre compositor de tango Lucio Demare. Sí, ¡nuestro Aron Hakodesh perteneció a Lucio Demare!
Una vez comprado y trasladado desde San Telmo hasta el “Doradito” en Pilar, dimos inicio al proceso de renovación. No sólo necesitábamos hacerle cosas específicas, como agregar un Parojet (cortina) y un estante para que la Torá pudiera quedar parada en el interior del arca, sino que también teníamos que hacer algo con la parte exterior. El armario original de Demare venía con un gran espejo en el frente. La cuestión del espejo conllevaba algunos desafíos halájicos, ya que se supone que el arca debe estar frente a la congregación durante el servicio, pero a su vez no está permitido mirarnos a nosotros mismos cuando rezamos.
¡Pero no teman! Nuestro muy querido rabino Moishe Brand es un artista, así que, ¿qué hizo? Le quitó el espejo al armario y dibujó un mural fantástico, lleno de símbolos, colorido, artístico y simplemente perfecto para colocar en su lugar. Y él mismo hizo todo el trabajo. El resto de la congregación solamente se presentó en el “Doradito” un sábado por la mañana para hacer tefilá, como todos los sábados, y bum: ¡teníamos una obra de arte en el arca!
Muchas gracias a todos los que hicieron esto posible: Moishe y sus habilidades artísticas; nuestro donante anónimo; todos los miembros de la congregación que siempre nos apoyan; y todos los que siempre nos apoyan en general.
Quédense sintonizados para la parte II de este artículo, en la que el propio rabino Moishe explicará los símbolos de la obra de arte que él mismo creó para el exterior del Aron Hakodesh.