El Regalo del Yad

Nuestro pequeño y humilde Minián agradece, desde lo más profundo de su corazón, cada pequeño y humilde regalo que recibe. Asimismo, hay un tipo especial de regalos que apreciamos con una sonrisa particular: los regalos sorpresa.

Lo maravilloso de un regalo sorpresa es, tautológicamente, el elemento sorpresa. Si alguien está pidiendo donaciones para pagar el alquiler, por ejemplo, y se encuentra con un grupo de personas maravillosas que contribuyen mensualmente a la causa, es algo increíble. Y si alguno de ellos va “más allá” y contribuye con algo extra, directamente se transforma en la frutilla del postre que le da ese sabor aún más especial.

Y eso es lo que sentimos el día (23 de septiembre) que Marcos Dana se presentó en el Minián con un Yad nuevo y reluciente en la mano. Fue algo inesperado y absolutamente maravilloso. ¡La frutilla del postre, definitivamente!

En primer lugar, en caso de que usted, querido lector, no sepa qué es un Yad, nos tomaremos un momento para explicarlo. (El autor no rabínico de este artículo puede que tampoco haya sabido lo que era hace un par de meses, ¡así que no estás solo en esto!)

Básicamente, es la palabra hebrea que se utiliza para denominar al puntero que se usa para leer la Torá. Cuando un rabino lee la Torá -como sucede, por ejemplo, en los servicios matutinos-, debe leer una a una cada palabra de la misma. Durante todo este tiempo, nuestro querido rabino, el increíble Moishe Brand, había tenido que valerse de sus propios dedos para señalar cada palabra mientras la leía. Sí, leer la Torá con la melodía adecuada no es tarea fácil.

Y aquí es donde entra en juego el Yad. Es una palabra hebrea que se usa cotidianamente para decir “mano”, pero que aquí se usa metafóricamente para referirse al pequeño pero hermoso puntero para la Torá. ¡Porque funciona como una extensión de tu mano!

Estamos muy entusiasmados con la idea de usarlo. No sólo le agregará un toque extra de elegancia a nuestros servicios, sino que también nos ayudará a minimizar los efectos de la suciedad de nuestras manos tocando la Torá.

Pero, ¿saben cuál fue la mejor parte? La sorpresa. La sorpresa y el símbolo de apoyo desinteresado. De Marcos Dana, en esta ocasión, pero también de muchos otros de nuestros queridos miembros, que nos han sorprendido con este tipo de gestos a lo largo de todo este tiempo. Ningún regalo es demasiado pequeño y, desde lo más profundo de nuestros corazones, apreciamos enormemente todos y cada uno de ellos. ¡Gracias a todos!

Sobre el Autor:

Morgan F. es el presidente del Minián Hebraica (Autogestionado), la única sinagoga / shul de Pilar. Morgan es estudiante de la Cábala, la gematría y la tradición esotérica; ¡y también disfruta de hablar en un código que nadie—excepto HaShem—entiende!